No somos magos

Esta campaña tenía como objetivo generar una conciencia colectiva sobre la responsabilidad de cada habitante en el cuidado del espacio público, al mismo tiempo que visibilizaba el trabajo esencial y cotidiano de los barrenderos. El concepto se construye sobre un contraste potente entre la ilusión y la realidad: «No somos magos» enfatiza con ironía que la limpieza urbana no es fruto de la magia, sino el resultado de un esfuerzo humano constante y, muchas veces, invisible.
La propuesta visual, intencionadamente espectacular y simbólica, funciona como contrapunto al eslogan para reforzar su impacto.

Atrae la atención, sorprende y provoca una reacción inmediata, antes de recordar que detrás de cada acto de incivilidad se esconde una labor repetitiva y exigente. Al enfrentar la magia de la imagen con la dureza de lo real, la campaña invita a cada persona a reflexionar sobre sus propios comportamientos y asumir su parte de responsabilidad en el cuidado colectivo de la ciudad.